Si ponemos en contexto una problemática que se viraliza con el pasar del tiempo, como son los delitos financieros, traemos a colación la necesidad de salir adelante a este flagelo mediante estrategias de prevención. Aquí, es cuando establecemos la necesidad de conocer cuál es el objetivo del diagnóstico financiero, que permite determinar el estado real financiero y las posibilidades de inversión y financiación a las que se pueden acceder.
El diagnóstico financiero es un informe preliminar de la salud económico-financiera de una empresa, que se basa en mediciones objetivas de indicadores clave y en la congruencia de la evolución de los estados financieros.
La gestión de riesgos financieros permite conocer el estado actual de las finanzas dentro de la empresa e identificar los rubros que se gastan más o cuál necesita mayor atención, así como evaluar la operación general de la empresa para analizar la consistencia de los diferentes procesos.
Para entender el diagnóstico financiero qué es, debemos tener en cuenta los siguientes conceptos, con el propósito de conocer lo que debe integrar el informe preliminar:
Razón de liquidez: muestra la posibilidad de la empresa de cumplir con sus obligaciones.
Razón de endeudamiento: se trata de la solvencia de la empresa y la posibilidad de acceder a nuevos mecanismos de financiación.
Razón de gestión: evalúa la ejecución de los recursos financieros y muestra el movimiento que estos han tenido en la organización.
Razón de rentabilidad: son las utilidades verdaderas de la entidad y la remuneración del capital invertido.
El diagnóstico financiero es una herramienta para la detección rápida de posibles debilidades que se presentan en tu negocio, que analiza la actividad de la empresa y su capacidad para generar beneficios (rentabilidad), la capacidad de inversión y la calidad de la financiación de la compañía (equilibrio financiero) y la producción de caja y la satisfacción de pagos que tiene que ver con el endeudamiento, la liquidez y la solvencia.
– RENTABILIDAD: es la medición del origen de los recursos invertidos y el beneficio obtenido de ellos.
– EQUILIBRIO FINANCIERO: mide la integridad y coherencia entre los recursos de la empresa y la fuente con la que se obtuvieron.
– ENDEUDAMIENTO, LIQUIDEZ Y SOLVENCIA: la autonomía financiera se mide por el grado de liquidez de los recursos y por la óptima utilización y gestión de ellos; por lo cual, los indicadores clave que deben analizarse son el nivel y la capacidad de endeudamiento, la solvencia, liquidez o la liquidez inmediata.
¿Cuándo se debe realizar un diagnóstico financiero?
El diagnóstico financiero de la empresa se realiza cuando surge la necesidad de conocer el estado financiero ante una posible sospecha de debilidades o cuando los futuros inversionistas o agentes realizan o subcontratan este diagnóstico que se ejecuta en las siguientes etapas:
- Etapa 1. Datos generales
Cuando el diagnóstico financiero lo hace personal externo, solicita los datos de la empresa a modo de “ficha de cliente” en lo que refiere a nombre de ella y fecha de constitución, sector y actividad, tipo y cantidad de productos vendidos, plantilla media y estructura interna de la organización y canales de venta y distribución, con el propósito de enfocar el análisis a la situación concreta de la compañía. - Etapa 2. Estados financieros
Toda la información económica de la empresa es recopilada de los estados financieros, del balance de situación anual y de la cuenta de explotación. - Etapa 3. Analizar datos y establecer indicadores
Aquí se analizan los datos de partida tanto generales como económicos para la posterior elaboración del cuadro de diagnóstico. - Etapa 4. Emisión del diagnóstico
Después de ejecutar el análisis de la información relevante, se realiza un informe que contenga las conclusiones alcanzadas con base al análisis de los datos aportados y algunas recomendaciones o propuestas de acciones futuras para minimizar el efecto de los puntos críticos que fueron detectados.
Cuando entendemos cuál es el objetivo del diagnóstico financiero, comprendemos que es el paso previo para analizar la salud financiera de la empresa y su capacidad para crecer.
La detección temprana de las inconsistencias evitará que la empresa presente deficiencias que irán acrecentando con el pasar de los días y generando consecuencias nefastas e irreversibles.