Las Entidades de la Economía Solidaria. Un actor importante para cerrar el Círculo de las Finanzas Sostenibles en Latinoamérica.
En Latinoamérica, cuando se hace alusión a los esfuerzos de las instituciones financieras para enfrentar el cambio climático, las estadísticas, los estudios, los proyectos, la inversión y el apoyo, se enfocan u orientan hacia los sectores bancario, asegurador y valores. Esto es así, seguramente, porque los proveedores de fondos y de asistencia técnica ven en estos sectores una organización más homogénea, legislaciones estandarizadas y estructuras, internas y regionales, que han logrado articular de mejor forma los esfuerzos e iniciativas para lograr una adecuada sostenibilidad ambiental y social en sus operaciones.
No obstante, para cerrar exitosamente el círculo del desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, es necesario considerar al sector de la Economía Solidaria, en el cual se incluyen las cooperativas financieras o de ahorro y crédito, las mutuales de ahorro y préstamos y los fondos o asociaciones de empleados. Desde sus inicios, con la movilización del ahorro y la inversión, estas instituciones han contribuido exitosamente con el desarrollo sostenible de las áreas en las que operan, y quizás, lo hacen de mejor forma que otros actores financieros, toda vez que con sus productos y servicios han logrado una inclusión financiera real, llegando a la base de la pirámide social, con incidencia positiva, resiliente y directa en muchos hogares y comunidades.
Para enfrentar el cambio climático, desarrollar economías bajas en carbono y resilientes al clima y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por las Naciones Unidas y el Acuerdo de Paris, es necesario incluir a todos los actores financieros, principalmente aquellos que forman parte de la economía solidaria.
Hay conciencia de que en la economía solidaria se deben redoblar esfuerzos o emprender iniciativas formales que demuestren que son capaces fomentar la sostenibilidad ambiental y social a través de sus modelos de negocios, lo que consecuentemente atraería el interés de inversionistas y entidades que promueven las finanzas sostenibles en las entidades financieras.