Construyendo un futuro responsable y sostenible
Estamos por iniciar la segunda década del siglo XXI, un alto porcentaje de cooperativas en América Latina tienen 40 años o más y es necesario remarcar que el mundo ha tenido importantes cambios en los cuales un gran número de cooperativas no ha sabido adaptarse.
Sin duda alguna las cooperativas han contribuido al crecimiento y desarrollo de millones de personas y han tenido el impulso de diversas personalidades que en todos los países han impulsado la formación de líderes dentro de un marco conceptual propio del cooperativismo. En otras palabras, han hecho escuela. Sin embargo, muchas de esas personalidades ya se han ido y, lamentablemente, hasta su recuerdo está desapareciendo y con ello también desaparece el futuro de nuestras organizaciones.
Ahora tenemos cooperativas más grandes, más sólidas desde el punto de vista financiero, pero estas mismas enfrentan mayores retos y problemas para llegar a nuevos mercados. El mayor de ellos es la pérdida de la capacidad de innovar en los aspectos relacionados con la doctrina y filosofía del cooperativismo.
Las personas que fundaron las Cooperativas de Ahorro y Préstamo (COAP) probablemente tenían muchas deficiencias técnicas pero su gran virtud era la enorme confianza en construir un futuro responsable y sostenible. En contraste, en la actualidad existe mucha capacidad técnica, pero hemos perdido la capacidad de construir el futuro donde construyamos una sociedad más justa y fraternal.
En general, en los últimos años el crecimiento de las cooperativas se ha basado en la conquista del mercado, reducción de costos y en la repetición de modelos exitosos anteriores.
Sin embargo, cada día son más los organismos que hacen downscaling y greenfield, situación que pone en grave riesgo el futuro de nuestras cooperativas; principalmente porque es complicado aceptar que desconocemos el mercado y ecosistemas donde participan las Cooperativas de Ahorro y Préstamo, situación que ha llevado a este tipo de sociedades a caer en una especie de activismo reactivo donde lo principal es tratar de sobrevivir.
Nuestra generación tiene la enorme responsabilidad de construir un futuro responsable y sostenible y lograr que su propia cooperativa esté en posición de celebrar su primer centenario. Para lograrlo hay que sembrar hoy la semilla del cooperativismo del futuro.
Es importante recordar que lo vital para las cooperativas no es sobrevivir, es sentar las bases para que millones de personas que aún no nacen tengan la posibilidad de mejorar su existencia. Ese fue el reto de los fundadores de las cooperativas y lo lograron, ahora ese debe ser nuestro reto.
El 2020, el año cero de las cooperativas
Con la llegada del 2020, que representa la segunda década del siglo XXI, aparecen nuevos retos: las personas de nuestra generación deben convertirse en actores y dejan de ser espectadores del destino, y las cooperativas necesitan consolidar su propia concepción de la sociedad.
Asumir y superar estos desafíos no será fácil, pues si bien es cierto que el modelo cooperativo ha demostrado tener grandes ventajas respecto a las empresas capitalistas en varios aspectos, con el desarrollo del management moderno durante el siglo XX, las empresas capitalistas se dieron cuenta de la importancia de tener trabajadores motivados dispuestos a innovar y a crear dentro de la propia empresa y a darle al cliente un papel prioritario, desarrollando técnicas de marketing centradas en detectar y crear nuevas necesidades en la sociedad.
Estos son aspectos que hemos descuidado.
Ha llegado el momento de construir el futuro y el futuro del cooperativismo es la intercooperación.
Artículo Redactado por:
José Abelardo López – México
Director General AVANCOOP
Maestría en Administración Financiera
Experiencia Profesional: Evaluación y administración Financiera, Modelos de Negocios, reingeniería de proceso, calidad total, ISO 26000, ISO 9001, mercadeo.