Nuevas perspectivas del riesgo en delitos financieros

Como consecuencia del entorno tan volátil al que la pandemia nos ha llevado, la prevención de delitos financieros, en general, se ha convertido en un reto particularmente especial, pues todos los modelos preventivos estaban enfocados en condiciones de presencialidad que, de un momento a otro, desaparecieron por medidas sanitarias a nivel mundial. En ese sentido, se hizo fundamental recurrir (acaso reforzar) los modelos de gestión de riesgos, sobre todo en la cuantificación de niveles de riesgo que pudieran no estar alineados a las nuevas condiciones de normalidad.

Es importante recordar que, dentro de un enfoque de gestión integral de riesgos financieros, pueden no aparecer determinados drivers que sí generen riesgos a las organizaciones y que, sin ser financieros específicamente, atenten al valor de marca y/o reputación de las organizaciones y es precisamente en ello que la prevención de delitos financieros cobra mayor relevancia. Naturalmente, cuando se piensa en análisis a posteriori, el enfoque está más ligado a una auditoría forense, que básicamente busque identificar y reconocer los daños que pudieran haber sido generados por una situación en particular, enfoque en el que no debería terminar el análisis de las organizaciones porque más allá del conteo de los daños lo que agrega valor en la prevención de delitos financieros, es el evitar que dichos sucesos negativos se repitan en un futuro.

Métricas de riesgo principales en la prevención de delitos financieros

Para ello, es fundamental redefinir las métricas de riesgo que pudieran haberse establecido al interior de las organizaciones debido a la imperiosa necesidad de gestionar nuevos riesgos surgidos con el transcurrir de los días, sin detener la operación (primera preocupación surgida en las organizaciones al inicio de las cuarentenas). Dicho esto, partamos de dos premisas que nos ayudarían a tener una mejor visión:

Perspectiva preventiva

Esta perspectiva busca predecir el comportamiento de clientes y mercados de manera tal que se puedan desarrollar actividades de control que ayuden, de manera significativa, a la prevención de delitos financieros, mediante el desarrollo de capacitaciones y mejoramiento de procedimientos de control, entre otros.

Perspectiva de análisis

Esta perspectiva, a diferencia de la anterior, está basada en un trabajo a posteriori, mediante el cual se busca cuantificar el daño producido por un evento negativo y en el que se usa, entre otras estrategias, la auditoría forense. En esta perspectiva ya no se estaría hablando de un trabajo preventivo per se, pues el daño ya está hecho, pero sí es importante rescatar el valor agregado que constituye la identificación de las causas que dieron origen a dichos daños para evitarlas en un futuro.

Naturalmente, dentro del ámbito de la gestión de riesgos de delitos financieros (y el blanqueo de capitales es uno de ellos), ambas perspectivas deben ser vistas desde un enfoque integrador que permita incorporar en un esquema estratégico de control las lecciones aprendidas en los eventos negativos recibidos (perspectiva de análisis) y trasladar ese aprendizaje al esquema de control vigente (perspectiva preventiva) de manera tal que se pueda afirmar que el modelo de gestión de riegos va “aprendiendo” del entorno.

Finalmente, es importante no sesgar la visión de quien controla en solo contar los daños (auditoría forense) sino también el definir que se tiene que hacer para que dichos eventos no se repitan en un futuro, ahí estaría la clave del éxito en los modelos preventivos. Y en esa línea, es importante realizar un ejercicio de honestidad y transparencia al interior de nuestras organizaciones a fin de evitar que una falsa sensación de seguridad nos exponga a niveles de riesgo innecesarios.

La prevención de delitos financieros debe evolucionar constantemente pues los mercados y formas de operar lo hacen a altas velocidades, creando algunas brechas que son aprovechadas por delincuentes financieros para desarrollar sus actividades en perjuicio de nuestra sociedad.

Artículo redactado por:

Juan Carlos Medina C. (Perú)

Cargo:

Consultor internacional antilavado

Nivel de estudio:

Magister en Administracion y Gestión Empresarial - Ingeniero Industrial especializado en Riesgos y Finanzas

Experiencia profesional:

Gestión de riesgos, prevención del lavado de activos, cumplimiento normativo, gobierno corporativo y control interno (auditoría).